Cientos de familias rarámuri de las comunidades de Santa Anita, Nachacachi y Caborachi en el municipio de Guachochi viven con la preocupación de saber si este ciclo agrícola podrán sembrar para su autoconsumo: frijol, maíz, chile, calabazas, tomates y cebollas, ya que el año pasado todo se les secó por la falta de lluvias y tuvieron que depender del trueque y de apoyos gubernamentales para comer. María Luisa Bustillos coordinadora de Asuntos Indígenas estima que la sequía afectó al 80% de las más de 20 mil hectáreas que son destinadas a este fin en la zona, mismas que este 2025 tampoco podrían ser cosechadas.
Desde hace dos años, la situación climática en el estado de Chihuahua ha puesto en jaque a cientos de familias, principalmente a quienes se dedican a trabajar la materia prima en el campo como la agricultura y la ganadería. Sin embargo, las afectaciones se acentúan más en aquellas familias que siembran para el autoconsumo y no para hacer negocio, un caso ejemplar de ello son las que radican en Guachochi.
Internadas en la Sierra Tarahumara y rogándole a la deidad rarámuri Onorúame para que las lluvias lleguen y las cosechas se den, cientos de familias inician cada mes de abril su ciclo agrícola para sembrar para su autoconsumo, es decir, su base alimenticia es de lo que la tierra le da debido a la lejanía de sus comunidades con alguna cabecera municipal.
La siembra ha puesto en una fase crítica la alimentación de las familias rarámuri, ya que en un contexto en donde solo siembran para tener una alacena llena de alimentos como el maíz, frijoles, tortillas, verduras como chile, calabazas, quelites, entre otros, y cada año la crisis climática provoca que sea menos la cantidad de comida que tengan a su disposición.
Una de las alternativas que han adaptado es el trueque, es decir, un intercambio de alimentos entre las familias rarámuri y todo depende de lo que tengan de más, ya que en cada región se llegan a cosechar más que en otra. Todo lo anterior es derivado de la sequía que y el cambio climático que azota a todo el planeta y que poco a poco la situación va recrudeciendo.
De acuerdo a María Luisa Bustillos, directora de Asuntos Indígenas en el Gobierno de José Yáñez Ronquillo en Guachochi, existe una problemática aún mayor, pues estima que el 80% de más de 20 mil hectáreas en las 60 localidades que existen en el municipio tienen pérdidas abruptas; esto significa la baja de alimentos para las familias rarámuri, quienes han optado trabajar como jornaleros ante dicha situación.