Una nueva investigación de la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF) revela las consecuencias devastadoras de los recientes cambios en las políticas migratorias implementadas por Estados Unidos, México y países de América Central.
El informe, titulado “Rechazados. El devastador impacto humano de los cambios de política migratoria en Estados Unidos, México y América Central”, expone cómo estas medidas han restringido el acceso al asilo y han dejado a miles de personas en situación de extrema vulnerabilidad.
El documento, basado en datos clínicos y testimonios de migrantes atendidos por MSF, denuncia un alarmante deterioro en la salud física y mental de quienes intentan escapar de contextos de violencia, pobreza y persecución.
Según la organización, muchas de estas personas quedan atrapadas en zonas fronterizas sin acceso a protección ni servicios básicos, enfrentándose a múltiples formas de violencia. Entre enero de 2024 y mayo de 2025, MSF brindó más de 90,000 consultas de salud primaria y 11,850 de salud sexual y reproductiva en su trabajo a lo largo de la ruta migratoria.
Además, atendieron a casi 3,000 sobrevivientes de violencia sexual y realizaron cerca de 17,000 consultas individuales de salud mental, muchas de ellas relacionadas con traumas sufridos durante el trayecto migratorio.
Las principales áreas donde MSF ha intervenido incluyen Panamá, Honduras, Guatemala, México y Costa Rica; en estos lugares, los equipos han documentado patrones alarmantes de agresiones físicas, abusos sexuales, extorsión y detenciones arbitrarias. Además, el personal de MSF también ha señalado una creciente desesperación entre las personas migrantes, quienes afirman no ver opciones viables para avanzar o regresar.
El informe subraya que políticas como el Título 42 en Estados Unidos, el uso de fuerzas de seguridad para contener el flujo migratorio en México y la falta de acceso a procedimientos de asilo en Centroamérica han contribuido a esta crisis humanitaria.
MSF advierte que estas decisiones no disuaden la migración, sino que aumentan el sufrimiento y la exposición a riesgos.
“Estas políticas no están protegiendo a nadie, lo que hacen es empujar a las personas hacia rutas más peligrosas y manos de redes criminales”, declaró el director de MSF en América Latina. “Estamos viendo un deterioro en la salud física y mental de miles de personas, muchas de las cuales ya venían huyendo de contextos de violencia extrema”.Además del impacto en la salud, el informe destaca la carga emocional de la incertidumbre; migrantes entrevistados relataron vivir en constante miedo, sin saber si podrán avanzar, ser detenidos o incluso deportados. Esta inestabilidad afecta especialmente a mujeres, niñas, niños y personas de la comunidad LGBTQ+, quienes enfrentan riesgos aún mayores en el camino.
MSF hace un llamado urgente a los gobiernos de la región para que garanticen rutas seguras, acceso real a procedimientos de asilo y atención médica integral. “Las políticas migratorias no pueden seguir basándose en el rechazo y la contención”, concluye el informe.