Escrito por 09:15 Mundo

Cientos de menores libaneses lidian con heridas físicas y emocionales

Beirut.– Acurrucado en el regazo de su padre y aferrado a su pecho, Hussein Mikdad lloraba sin consuelo. El niño de 4 años pateó a su médico con su pie sano y lo empujó con el brazo que no estaba enyesado.

“¡Papá! ¡Papá!”, dijo Hussein. “¡Haz que me deje en paz!”. Con los ojos llenos de lágrimas de alivio y de dolor, el padre tranquilizó a su hijo y lo abrazó más fuerte.

Hussein y su padre, Hassan, son los únicos sobrevivientes de su familia tras un bombardeo israelí del mes pasado contra su vecindario de Beirut. El ataque mató a 18 personas, incluida su madre, tres hermanos y otros seis familiares.

“¿Ya puede ducharse?”, preguntó el padre al médico.

Diez días después de la cirugía, los médicos que examinaban las heridas de Hussein dijeron que el niño sana adecuadamente. Tiene varillas en el fémur derecho fracturado y puntos de sutura que unieron los tendones desgarrados en su brazo derecho. El dolor ya es menor y Hussein debería volver a caminar en dos meses, aunque con una cojera prolongada.

La prognosis para las heridas invisibles de Hussein es mucho más difícil. Ha vuelto a usar pañales y a mojar la cama. Apenas habla y no ha dicho una palabra sobre su madre, sus dos hermanas y su hermano.

“El trauma no está sólo en el aspecto musculoesquelético. Él también está herido mentalmente”, refirió el doctor Imad Nahle, uno de los cirujanos ortopédicos de Hussein.

Israel afirma, sin dar detalles, que el ataque contra el barrio de Mikdad alcanzó un objetivo de Hezbollah. En la guerra que se ha intensificado desde septiembre, los bombardeos israelíes han alcanzado zonas residenciales en Líbano con cada vez mayor frecuencia. Israel acusa al grupo político-paramilitar de ocultar sus recursos y combatientes entre civiles. Ha prometido debilitar a Hezbollah, que comenzó a disparar contra el norte de Israel después de que el ataque de Hamás del 7 de octubre desencadenara la guerra en Gaza.

Pero los niños han quedado atrapados en el conflicto.

Con más ataques contra hogares y áreas residenciales, los médicos ven a más niños afectados por la violencia. Más de 100 niños han muerto en Líbano en las últimas seis semanas y cientos han resultado heridos. Y de los 14.000 heridos desde el año pasado, alrededor del 10% son niños. Muchos han sufrido amputaciones, quemaduras o familias destrozadas, cicatrices que podrían permanecer toda la vida.

Ghassan Abu Sittah, un reconocido cirujano británico-palestino quien también trata a Hussein, ve ese largo camino por delante. Esta es su preocupación: “Nos deja con una generación de niños físicamente heridos, niños psicológica y emocionalmente heridos”.