El día de transformar (o trastocar) al poder judicial empezó muy tempranito. Antes de las 4 de la madrugada del martes, los chats legislativos anunciaron que “todos los accesos de la Cámara de Diputados están bloqueados”. Hacia las 7:00 horas vialidades como Eduardo Molina, Congreso de la Unión y Zapata estaban tomadas por los trabajadores del PJF: “¡No somos acarreados, somos abogados!”.
Ricardo Monreal, coordinador de los diputados de Morena, comenzó a buscar la sede alterna para la sesión. A las 9:00 horas se dirigió a un hotel de las inmediaciones de la alcaldía Iztacalco. Ahí se tomó la decisión de que la sede alterna sería en Ciudad Deportiva, la Magdalena Mixhuca.
Los diputados del 4T comenzaron a llegar y hacia las 11:20 de la mañana, Monreal hablaba en privado a su mayoría calificada. Dijo que la reforma se tenía que aprobar en lo general y en lo particular ese mismo día.
Los moderados de Morena, que pedían modificaciones para hacer menos burda la propuesta de “votaciones populares para elegir jueces”, perdieron fuerza ante la ausencia de Olga Sánchez Cordero, quien no asistió a la sesión “por haber sido hospitalizada”, según dijo ella misma en cuenta de la red social de X.
A la sede alterna llegaron estudiantes de derecho procedentes de diversas escuelas públicas y particulares, de la Iberoamericana, del ITAM y de la Libre de Derecho.
“Llegamos hasta aquí, adentro en este espacio, como una verdadera hazaña, a entregar más de 700 derechos de petición, que escuchen a los estudiantes. No es posible que no nos quieran recibir. Queremos hacerles saber que la reforma viola derechos humanos”, repitió José Mario de la Garza con el bonche de hojas sujetado por ligas. “Son las manifestaciones en contra de la reforma de la sociedad civil organizada y del movimiento de Estudiantes y Jóvenes en defensa del Poder Judicial”, insistió.
Alfonso Ramírez Cuéllar, vicecoordinador de los diputados de Morena, fue el enviado y comisionado para atender a los jóvenes.
Ya dentro de la cancha (o salón legislativo alterno) el debate arrancó de manera formal hacia las 17:00 horas. Los tiempos fueron determinados por Morena, que (además de cuidar periodos legales para evitar controversias posteriores) decidió extender innecesariamente las rondas de oradores a favor y en contra.
La ruta de viaje establecida por la 4T incluyó una aburridísima tarde y noche de discursos. La tardanza para terminar como todos sabían que habría de terminar esto, se incrementó por la ausencia de los tableros y sistemas de votación disponibles en San Lázaro. Los votos se debían recopilar uno a uno, anotarse y contarse a mano.
La madrugada del miércoles estaría destinada a la discusión de las reservas (a ser desechadas una a una), con algunas adecuaciones cosméticas a la redacción del dictamen y finalmente, como pidió Monreal, aprobar en lo general la reforma.
Hay mil reservas que esperan su turno para llegar a tribuna.