Han pasado tres años desde que Araceli recibió la peor noticia que una madre puede escuchar: su hijo, Jovany, había sido secuestrado en la región noroeste del estado. La voz al otro lado del teléfono le exigía una suma de dinero a cambio de su libertad. Desesperada y con el corazón en vilo, logró reunir lo que le pedían, aferrándose a la esperanza de volver a abrazarlo.
Sin embargo, esa promesa nunca se cumplió. Desde entonces, vive con una angustia incesante, marcada por la incertidumbre y la impotencia de no saber dónde se encuentra su hijo, mientras continúa un “viacrucis” interminable por la burocracia y el desinterés de las corporaciones de seguridad.
La vida de Araceli y su familia cambió drásticamente. Desde aquel día, no ha parado de buscarlo, tocando puertas que en su mayoría se cierran sin respuestas, no hay pistas claras, no hay señales de su paradero, solo un vacío que se hace más grande con el paso del tiempo. “Es un dolor que no se puede explicar, pero no me rendiré hasta saber qué pasó con mi hijo”, expresa con la voz quebrada.
Jovany viajaba con destino a Juárez, cuando fue interceptado por un grupo de sujetos armados, dos días después de no saber nada de su paradero, sujetos desconocidos la contactaron y le exigieron dinero a cambio de la libertad de su hijo, la cantidad fue de 100 mil pesos.
Aunque no contaba con el recurso, logró entre familiares y amigos juntar la cantidad de dinero, incluso no llamó a las autoridades por el temor de que los captores decidieran lastimarlo, pero a pesar de que se entregó el dinero, no pudo saber nada de él.
En estos tres años, no ha tenido ni un solo contacto con él ni con sus captores, pero aunado a ello, la burocracia y la impunidad se le suma al martirio que ha vivido en este camino, ya que su carpeta incluso ha cambiado cinco veces de Fiscalía, esto por reclasificar el delito, como desaparición y en otras veces como secuestro, por lo cual ha pasado por Fiscalía Zona Centro, Zona Norte, Operaciones Estratégicas en un periodo de tres años.
“En este período, he pasado varios años buscando a mi hijo, he buscado a las autoridades pero la carpeta no avanza”, incluso buscaba acercarme con el fiscal César Jáuregui, quien primero no me atendía hasta que logré acercarme a Gabino Gómez, quien me facilitó el encuentro”, comentó.
Luego de la visita logró tener la respuesta de las autoridades y le prometieron solucionar su caso, pero hasta el día de hoy, no han tenido mayor información de su paradero y mucho menos los detalles sobre lo ocurrido aquel 8 de marzo de 2022.
En un nuevo intento por encontrar respuestas, Araceli viajará a Jalisco para revisar si entre las pertenencias halladas en el Rancho Izaguirre existe algún indicio que le ayude a dar con el paradero de Jovany. No puede descartar ninguna posibilidad, por mínima que sea.